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Casanare, Colombia

En los llanos orientales de Colombia, ubicados desde el piedemonte de la cordillera oriental hasta la frontera con Venezuela, se ubica uno de los departamentos con mayor extensión del país y con grandes vertientes hidrográficas que descienden de exuberantes páramos y reservas hídricas. Hablamos del Casanare, el territorio desde el cual se gestó la independencia de Colombia y la consolidación de la campaña libertadora de la entonces Nueva Granada.

Con una superficie de más de 44.000 kilómetros cuadrados y una población de más de 325.000 habitantes, el departamento está dividido en 19 municipios, entre ellos su capital, Yopal, la cual fue fundada a inicios del siglo XX como resultado de la migración en la extensa llanura. 

El territorio del Casanare está compuesto por tres conjuntos fisiográficos: la vertiente oriental de la cordillera oriental, parte montañosa con zonas de picos de hasta 4.000 metros​​ sobre el nivel del mar; el piedemonte, con algunas colinas, pero en su mayoría es un relieve ondulado con extensas praderas; y por último, la llanura aluvial, configurada con sabanas inundables y bosque en las márgenes de diferentes ríos.

Teniendo en cuenta esta configuración del terreno, el clima va cambiando en cada una de las subregiones, pero se caracteriza por periodos de lluvias y oleadas frías, en especial en el piedemonte; y se van aumentando las temperaturas a medida que se avanza hacia la llanura.

El departamento del Casanare se caracteriza por su marcada cultura ganadera y campesina, que se extiende por todos los llanos orientales. La ganadería y vaquería son dos actividades propias de sus habitantes, con historias de extensos recorridos para llevar a los bovinos a diversos destinos; la música autóctona, el joropo, marcado por las cuerdas del arpa y el cuatro; así como la gastronomía identificada con los productos propios de la región, caracterizan una tradición que destaca el trabajo en el campo. 

La agricultura del departamento, dedicada principalmente al arroz, hace que también se hayan configurado dinámicas propias del territorio con el legado de haciendas y hatos que iniciaron con los misioneros jesuitas que se ubicaron en el lugar desde la época colonial.

Yopal, una capital joven

La capital está situada en la subregión del piedemonte, fue fundada en 1915 y convertida en municipio en 1942. Desde su nacimiento se destaca por ser la ciudad del país con mayor crecimiento poblacional. Su nombre viene de la palabra indígena yopos cuyo significado es corazón, nombre que recibió también un árbol que abundaba en la zona de fundación de la ciudad. Según la leyenda, con sus semillas tostadas los chamanes achaguas “se asomaban al futuro mágico”. A 350 metros sobre el nivel del mar y con una temperatura promedio de 26 °C Yopal tiene una proyección económica por su potencial en ganadería, agricultura e hidrocarburos.

En la ciudad, los miradores a la sabana y los parques son característicos, los pobladores pueden realizar caminatas, paseos ecológicos y bici recorridos. Además, los ríos que circundan a la ciudad son escenarios propicios para los deportes extremos como el rafting. En diciembre se realiza uno de sus principales eventos, la Fiesta del Cimarrón de Oro es una celebración en la que se hace homenaje al ancestro llanero, mediante un concurso de canto y folclor. 

Otros municipios del departamento como Aguazul, Paz de Ariporo y Maní, son característicos, guardan una amplia riqueza cultural y de reservas naturales, con una espesa vegetación propia de la llanura, en donde se guarda la tradición de la ganadería, la cultura campesina y la música.

La Ruta Libertadora

El departamento del Casanare tiene un legado histórico muy importante, pues en su territorio se forjó el ejército patriota que dio la libertad a la Nueva Granada. Por orden del Libertador, Simón Bolívar, el general Francisco de Paula Santander se concentró en estas tierras para reorganizar un ejército disperso en la gran sabana, dirigido por comandantes como Juan Nepomuceno Moreno, Ramón Nonato Pérez, Juan Galea, entre otros. Luego de algún tiempo, a finales de noviembre de 1818, Santander junto con Juan Nepomuceno Moreno, logró consolidar el “Guías de Casanare”, ejército organizado y al cual le fue pagado un sueldo.

Con el objetivo de dar origen a un nuevo Estado libre, se firma la Proclama de Pore. El 18 de diciembre de 1818, en este municipio del Casanare se reunieron importantes mandos políticos y militares de la Nueva Granada y Venezuela, para sentar las bases de una nueva nación y constituir un gobierno provisional. En la misma se nombró como presidente provisional al casanareño Juan Nepomuceno Moreno. Cabe recordar que Casanare era un territorio libre, en el que los españoles no habían podido imponer su mandato y recurrieron a las misiones jesuitas para hacer presencia.

Tres meses después, en Angostura (Venezuela), el Libertador instituyó el Congreso donde trazó su ideario político para una nueva República e inició la campaña libertadora que culminaría en la Batalla de Boyacá del 7 de agosto de 1819. Este recorrido inició en Arauca y terminó con la marcha triunfal en Bogotá, luego de pasar por 38 municipios, entre ellos Hato Corozal, Paz de Ariporo, Pore, Támara y Nunchía en Casanare.

El municipio de Pore tiene una especial importancia para la campaña libertadora, pues el 22 de junio de 1819 fue sede de la unificación del contingente militar del general Santander con las tropas al mando de Simón Bolívar. Desde allí las tropas patriotas, compuestas por unos 2.500 hombres (algunos historiadores afirman que eran alrededor de 4.000 hombres) partieron hacia Boyacá. Reseña especial tiene entre estas tropas los llamados lanceros llaneros, quienes fueron reclutados en esa amplia zona y fueron estratégicos para la victoria del Pantano de Vargas y la Batalla de Boyacá.

En la llamada Ruta Libertadora en Casanare se pueden encontrar monumentos y sitios icónicos como los vestigios de Pore (construcciones de la época colonial de la entonces capital del Estado del Casanare y una de las primeras sedes del Gobierno de la Nueva Granada) y el Museo de Juan Nepomuceno Moreno.

Otro sitio es la laguna del tablón de Támara, donde Francisco de Paula Santander mantuvo su cuartel general; así como la Calle Real y la Piedra de Bolívar en Nunchía, punto donde el Libertador dio un discurso inspirador a sus tropas para afrontar la subida al páramo de Pisba. 

Gastronomía, música y deporte

La gastronomía incluye la carne a la llanera o mamona, la cachama, el pan de arroz, el tungo (preparación que incluye harina de arroz, leche, agua, mantequilla, cuajada y sal o azúcar) y la gallina criolla.

Otro de los sellos del Casanare es el joropo y la música llanera, que se caracteriza por un baile zapateado y que denota lo aguerridos y recios que son los habitantes de la región. Además, la música con arpa, cuatro y maracas se extiende por los llanos de Colombia y Venezuela; uno de sus principales expositores en el departamento es el cantante Orlando ‘el Cholo’ Valderrama, ganador en 2008 del reconocimiento a mejor álbum de música folclórica en los premios Grammy Latinos.

Por otro lado, el coleo es el deporte llanero, cuyo objetivo es tumbar a una res en una carrera con el vaquero montado a caballo, que se lleva a cabo en una manga, estructura con una pista larga y delimitada con cercas de madera. En el mundial del deporte celebrado en Yopal en marzo de cada año participan coleadores de países como México, India y algunos países árabes.


Bibliografía:

 

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